domingo, 23 de enero de 2011

Ausencia

No sé cual es la fuerza apropiada para dar la mano, ni cómo se debe saludar. No conozco en cada momento y en cada situación cual es la mejor manera de usar el tú y el usted. No manejo con soltura cuando hay que reír las gracias y cuando permanecer serio. Me incomodan ciertos silencios por no saber si debería decir algo, cualquier cosa. No sé si es mejor preguntar y molestar, que no hacerlo y no tener la seguridad del trabajo bien hecho.

Y con todo, y con las horas del día que se come, con las inseguridades y miedos propias de lo que debe ser estar empezando al final no está tan mal, no creo que lo haga de una manera tan incorrecta. Quizás incluso se podría decir que estoy donde debo, cumpliendo esos objetivos que tienes marcados en la vida, que cuando pasan la estación que tiene nombre de facultad, te dejan ya casi de por vida vendido hacia un mundo de trajes, corbatas y zapatos limpios y pulcros.

Éso son cinco días de la semana, que se deberían compensar con otros dos, en los que disfrutar. También deberían ser compensados con más ilusión, que creo que se la llevó el mismo que tiene secuestrada las ganas de sorprenderse y de disfrutar, y que hace que las emociones estén perdidas sin saber  muy bien hacia donde ir, ni saben realmente donde son requeridas.

Todo lo puede cambiar otra persona, otra ciudad, otro momento y hay veces que no lo ves ni de cerca, que piensas en escribir en algo con un tono más gracioso y de mejor digestión, pero será que las ganas de escribir vienen cuando tienes una sensación incómoda que te come por dentro, que te deja frío y te hace dar vueltas sobre ti mismo pensando donde estará ese cambio, que le de un giro a todo, que caliente tus sensaciones y de un poco de valor al hecho de llegar a casa entre semana para cenar y poco más.

A mi, lo poco que me ilusiona hoy en día tiene forma de balón y quizás sentirte importante por un rato a la semana es una dosis necesaria. Tal vez, la solución parcial tenga alta graduación y conducta desinhibida, para que todo de un poco más igual porque te lo pasas bien. Y así no será de repente domingo por la noche y pienses en que algo te está saliendo mal.

http://www.youtube.com/watch?v=9wIbylO24gE&NR=1

domingo, 9 de enero de 2011

Lo sueños, sueños son

Como un ejercicio de buscar las cosas buenas, de intentar sobrevalorarlas, revalorizarlas y ponértelas delante, tan cerca que no llegues a ver mucho más allá. Sin llegar a profundizar en temas complicados y profundos, temas de los que hieren y te hacen algo menos feliz, si tienes tiempo para pensar sobre ellas y hacer que se acerquen a ti y que sea lo bueno lo que no llegas a ver a lo lejos.

Quizás sea éso exactamente sobre lo que debemos trabajar, sobre la búsqueda de qué nos hace felices, y quién nos hace felices, de la forma en que lo tenemos, sin darle más vueltas, sin profundizar, sin ser más ambiciosos de lo que podamos soportar .Sin querer cambiar a las personas, ni querer cambiar nuestra relación con ellos, sin esperar más allá de lo que alguien esté dispuesto a ofrecer por el momento.

Se me ocurre que a veces las personas más ignorantes son más felices, porque no saben lo que se pierden, porque se conforman con cosas más mundanas y que no requieren de ilusiones y sueños más allá de lo que ven a su alrededor y de la forma en que se les ha presentado. Por eso pienso que quizás debamos también serlo un poco más y así no tener que dar un paso más que puede darte cuatro para atrás y volver a desandar todo lo que tanto esfuerzo te ha costado, en términos de autoestima, ánimo o elevar el número de sonrisas desenfadadas diarias.

Algo así como esas personas que tienen el gen del romanticismo más desarrollado, que piensan poemas por la calle creyendo que un día habrá alguien que quiera escucharlos y sentirlos a tu lado, con ilusión, con pasión con eso que algunos llaman amor. Éstas se valoran en inmensa cuantía porque quizás no son tan usuales como deberían ser, pero a la hora de la verdad quedan en evidencia ya que no llegan a ser tan demandadas. Puede que por eso, sea otro ejercicio a cambiar, a rebajar la ilusión, a recortar de los sueños la parte más increíble por el mero hecho que tiene, como bien dice la palabra, su poca o a veces nula credibilidad.

Ahora que cada uno haga lo que le convenga, vivir en los sueños no es realidad, vivir esperando de alguien un cambio que no se ve venir tampoco es la mejor opción. Pero hay quién diga si así soy, y soy fiel a mi mismo porque voy a cambiar ahora, tal vez si las cosas salen mal que al menos no sea pensando que hoy era otra persona. Y si soy sincero finalmente he mezclado tanto que no sé ni de que he acabado hablando, o quizás si.

http://www.youtube.com/watch?v=XyBjy-k76NA