martes, 8 de febrero de 2011

Evasión

Un viaje a otro lugar, otro país, otra ciudad, a otra cultura, si pudiera ser hasta a otro tiempo. Y perderse allí sin querer encontrarse, sin querer tomar la decisión de cuando es adecuado un retorno, simplemente dejándose llevar. Dar la bienvenida al cambio y decir hasta luego a la rutina, ya que a ésta por mucho que corras no la vas a dejar atrás, te acaba alcanzando.

Ya no pido una temporada, sino una semana de evasión o al menos un simple fin de semana de dos días y medio. Y si es mucho pedir, y poco se puede conceder, la perspectiva de un concierto no me desilusionaría en absoluto, porque me apetece la espera de colas y de charla con unos pobres teloneros de fondo, que quizás en el futuro dejen de ser el preludio de la estrella para convertirse en algo más. La emoción de cada estrofa, las apuestas sobre la primera canción que tocará, el quejarse al final de que no ha tocado alguna de tus preferidas pero todavía con una sonrisa en la cara.

Y es que la música nos marca la vida, los estados de ánimo. Las canciones son bonitas, tristes, divertidas o marchosas, al final da igual, no te dejan indiferente, provoca que las bailes y las cantes, a veces, como si te fuese la vida en ello, te pueden hacer llorar o reír, te despiertan por las mañanas o te mantienen en pie por la noches.

Al fin y al cabo también es evasión, en días como hoy en los que el resto del mundo me trae sin cuidado, cerrar la puerta de la habitación, poner la minicadena e ir escuchando disco tras disco me transporta a otro lugar, al que te lleva cada canción si dejas de pensar, que a veces no es tan necesario.

Necesito vacaciones de sociedad, vacaciones de Madrid y todo lo que representa y si no consigo hacer otro tipo de cosas y en mi casa se cansan de que cierre la puerta de la habitación, optaré por ponerme los cascos, comprarme una libreta y escribir en la cafetería o en el parque más cercano.

http://www.youtube.com/watch?v=aeEEFKeGcTc&feature=fvw

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