Valiente

Se sentía animado, con fuerzas, con ganas de hablar y de volver a encajar al mundo (o una pequeña parte del mismo) dentro de sus planes. No es ayer, ni anteayer, ni ninguno de esos días planos y no tiene un porqué ni una razón de ser, será el vivir un lunes sin el disfraz de payaso que te equipara a torres y torres enteras compuestas de personas que en su mayoría preferirían no estar allí.

El pasado no tiene porque ser malo, no tiene porque ser ni mejor ni peor, ni todo lo contrario, es pasado, como lo son todos sus múltiples futuros. Pero el puede llegar a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor y eso es peligroso, lo es y mucho, así que mejor darle una patada al pasado sin abrazar el olvido, pero sin querer besar día tras día a la nostalgia y a las obsesiones de todos los tiempos.

Ha decidido tomar decisiones, ser moderadamente valiente hasta descubrir lo que es la valentía de verdad,  no creerse cosas que no son con recaídas de docenas de peldaños hasta ver el suelo a un centímetro escaso de su nariz. Poquito a poco como la tortuga que gano la carrera, sin prisa pero sin pausa, sin miedo a que el final esté a distancia de maratón.

Ha pensado que le sobran tantas y tantas personas y aún así le faltan algunas otras, que ésto es tan largo que quién se queda quieto deja pasar trenes con rumbo a lo desconocido y que hasta lo malo tiene sus partes buenas, que si sobrevive a las cosas las vivencias le darán enseñanzas y posos donde dejar puesta una marca para coger el siguiente tranvía.

Ha comprobado que cuanto más camino queda por andar, más queda por descubrir. Se ha dado cuenta que cuanto más miedo le de más será recompensado en felicidad y todo ello tiene su tiempo y su momento, pero es ciertamente algo valiente pensar en planes de futuro reales donde todo lo que le rodea pueda cambiar en algún de momento.

Ha sentido, y quizás eso no tenga de momento vuelta de hoja, que ella sigue estando ahí y eso ya es más complicado.

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